Curioseando por el supermercado, nosotros encontramos nuestra versión, de Cuétara: Reducol. Como aquí ya teníamos el paquete en nuestras manos nos pudimos fijar bien en el producto en sí.
Saquemos nuestra lupita y analicemos el producto
Por ejemplo, bien a la vista, en la parte frontal del paquete podemos ver claramente un corazón y en mayúsculas, con el fondo rojo, para resaltar, fundación española del corazón. Esto nos invita a pensar que estamos tomando un producto recomendado por esta agencia, y no sólo eso, sino que estamos haciendo algo bueno para nuestro corazón.
Sigamos estudiando el paquete: Galleta rústica, porque lo rústico, lo de antaño, siempre es mejor. 100% natural - porque lo natural es más sano (ya nos lo decía Sanex hace 10 años).
Pasamos ya del marketing destinado a hacernos creer que lo que vamos a comprar es tan natural como una manzana y demos la vuelta al envase.
Lista de ingredientes: segundo ingrediente: azúcar...ya pinta mal, pero ¿esto no era bueno para el corazón? Seguimos leyendo: aceite vegetal (bueno, vale, podría ser de oliva o de girasol) ¡pero no! también tenemos aceite de palma, que es una grasa saturada, asociada con enfermedad cardiovascular que no debemos ni queremos consumir, sin mencionar el coste medioambiental (ejem, ¿pero esto no era bueno para el corazón?). Seguimos leyendo: copos de avena 14% y salvado de avena 10% - bueno ,de alguna parte tenían que sacar los betaglucanos.
Sigamos: ¡pero que ven mis ojos! ¡jarabe de glucosa y de fructosa!
No es de extrañar que en la lista de ingredientes nos encontremos con que 100gr de estas galletas contienen 21gr de azúcar. ¿Y cuántas galletas necesitamos tomar para percibir ese efecto reductor del colesterol?
Pues según el paquete, cada 100gr de galletas contienen 2,2gr de Betaglucanos y necesitamos consumir al menos 3gr para reducir el colesterol.
Haciendo los cálculos: tendremos que consumir 136gr de galletas para obtener este maravilloso efecto, lo que también nos estará aportando 28,5gr de azúcar (7cucharaditas de azúcar). Mucho más de los 25gr que la OMS nos aconseja consumir COMO máximo.
¿Merece la pena?
Esto nos enseña que siempre tenemos que andar con ojo avizor. Aunque los Betaglucanos sí que ayudan a disminuir el colesterol, los podemos consumir en forma de avena, en yogur o leche, o podemos cocinar y hacer pan o tortitas de avena en casa.
Éste es un ejemplo más de lo críticos que debemos ser cuando nos vamos a la compra y nos muestra como no debemos confiar en la publicidad o en las marcas.