El tema del aceite de coco es como una moda que va y viene. No se ha conseguido decir rotundamente si es la nueva panacea o el último demonio a evitar.
Espero que con este artículo te lo aclaremos una vez por todas.
El aceite de coco es un aceite comestible extraído de la carne de cocos maduros cosechados de la palmera de coco. Es un aceite rico en grasas saturadas (un 90%) por lo que resiste el enranciamento por mayor tiempo que otros aceites.
La grasa saturada del aceite de coco consiste principalmente en ácido láurico, un ácido graso de cadena media, y de ácidos grasos saturados de cadena más larga, como el ácido mirístico y el ácido palmítico. El aceite de oliva, por otro lado, es alto en ácido oleico (75%), un ácido graso monoinsaturado, siendo el resto una combinación de ácidos grasos poliinsaturados y saturados.
Ambos aceites contienen una gran cantidad de antioxidantes. Sin embargo en el aceite de oliva se han podido encontrar hasta 36 tipos diferentes de antioxidantes polifenoles (1), mientras que en el aceite de coco tan solo han sido hallados 6 (2).
También debemos tener en cuenta que el aceite de oliva virgen extra es una gran fuente de vitamina E, mientras que el aceite de coco prácticamente no tiene.
Debido al perfil de ácidos grasos saturados del aceite de coco, éste aumenta el colesterol LDL (el "malo"), aunque también se ha observado que aumenta ligeramente el colesterol HDL ("bueno").
Uno de los principales estudios sobre grasas saturadas y enfermedad cardíaca fue una revisión Cochrane de 15 ensayos clínicos (3). Estudiaron a 59,000 personas, y descubrieron que al reemplazar la grasa saturada con grasas insaturadas, había un 27% de reducción en la enfermedad cardíaca. No se observó tal beneficio cuando las grasas saturadas son reemplazadas por carbohidratos. Esta investigación apunta a los beneficios del intercambio de grasas saturadas por aceites y grasas saludables como el AOVE, las nueces y el aguacate.
Mensaje para llevar a casa
Aunque haya modas que nos animen a consumir ciertos alimentos, siempre hay que ser un poco escéptico y mirar la evidencia (además de seguir la lógica). Aquí en España tenemos la suerte de poder disfrutar del aceite de oliva a un precio muy razonable. A esto se suma que los beneficios de consumir este aceite en el contexto de una dieta mediterránea han sido claramente demostrados (4). El aceite de coco no es mucho mejor que otras grasas saturadas, como la mantequilla o la de palma, y su precio es generalmente más alto. Así que ¡aprovechemos que tenemos un aceite excelente aquí en casa y dejemos de consumir productos exóticos que no nos aportan nada mejor!
Referencias
1. Cicerale S, Lucas L, Keast R. Biological Activities of Phenolic Compounds Present in Virgin Olive Oil. International Journal of Molecular Sciences. 2010;11(2):458-479. doi:10.3390/ijms11020458. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2852848/
2. A. M. Marina, Y. B. Che Man, S. A. H. Nazimah, I. Amin. Antioxidant capacity and phenolic acids of virgin coconut oil. Int J Food Sci Nutr. 2009; 60 (Suppl 2): 114–123. Published online 2008 Dec 27. doi: 10.1080/09637480802549127 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19115123
3. Hooper L, Martin N, Abdelhamid A, Davey Smith G. Reduction in saturated
fat intake for cardiovascular disease. Cochrane Database Syst Rev.
2015:Cd011737.
4. Guasch-Ferré M, Hu FB,
Martínez-González MA, et al. Olive oil intake and risk of cardiovascular
disease and mortality in the PREDIMED Study. BMC Medicine. 2014;12:78. doi:10.1186/1741-7015-12-78. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4030221/
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