¿Y cómo podemos hacer que esto juegue a nuestro favor?
Muy sencillo, haciendo que nuestra comida sea atractiva, colorida, cuidar los platos, cubiertos, vasos, donde comemos y qué hacemos mientras comemos.

Aunque no tengamos tiempo, combinar diferentes tipos de lechuga, morada, verde oscuro, verde claro, con un color que contraste, para que nos parezca menos aburrida y monótona.
Ser conscientes de ser cada bocado y de cómo nos estamos llenando para ser capaces de controlar las cantidades y no pasarnos (ni quedarnos con hambre). No debemos acabar de comer porque nos hayamos comido todo lo que contenía nuestro plato, si no cuando sentimos que estamos satisfechos, ni estar llenos hasta reventar o incómodos.
Incluso cuando estemos comiendo solos, hacer nuestra comida atractiva solo nos lelvará unos minutos más y es una buena práctica para volver a apreciar la comida cuando solemos ir con prisas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario