viernes, 27 de enero de 2017

Comer con los ojos para comer mejor

A todos se nos ha hecho la boca agua viendo como meten una pizza en un horno de leña y notar como se empieza a derretir el queso, o al ver caer el chocolate sobre las fresas en una fuente de chocolate. 

¿Y cómo podemos hacer que esto juegue a nuestro favor?

Muy sencillo, haciendo que nuestra comida sea atractiva, colorida, cuidar los platos, cubiertos, vasos, donde comemos y qué hacemos mientras comemos. 

No es lo mismo tomar una ensalada verde en un bol feo, mientras vemos la tele, de pie, en la cocina, que buscar un plato bonito, combinar varios sabores y texturas en la ensalada y sentarnos en la mesa, con un salvamanteles o un mantel y concentrarnos en los sabores que estamos experimentando. 

Aunque no tengamos tiempo, combinar diferentes tipos de lechuga, morada, verde oscuro, verde claro, con un color que contraste, para que nos parezca menos aburrida y monótona.



Ser conscientes de ser cada bocado y de cómo nos estamos llenando para ser capaces de controlar las cantidades y no pasarnos (ni quedarnos con hambre). No debemos acabar de comer porque nos hayamos comido todo lo que contenía nuestro plato, si no cuando sentimos que estamos satisfechos, ni estar llenos hasta reventar o incómodos. 

Incluso cuando estemos comiendo solos, hacer nuestra comida atractiva solo nos lelvará unos minutos más y es una buena práctica para volver a apreciar la comida cuando solemos ir con prisas. 

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