jueves, 9 de marzo de 2017

Intolerancias alimentarias y los IgG

Hoy en día en el mundo de la salud y de la nutrición muchas enfermedades son atribuidas a los alimentos. En general somos más conscientes de que la dieta puede afectar a la salud positiva y negativamente.

En algunos casos es evidente que un alimento es el causante de una determinaba enfermedad, por ejemplo en alergias. Pero hay casos en los que no es tan obvio. Este es un área gris que muchos aprovechan. Defienden que pueden emparejar nuestros síntomas con determinados alimentos presentes en nuestra dieta y utilizan varias “pruebas” para establecer un diagnóstico. El problema es que muchas de estas pruebas no tienen ningún fundamento científico.

Una de éstas es la prueba IgG. Esta prueba consiste en tomar una muestra de sangre que se analiza para medir la presencia de IgG específica para determinados alimentos (ej. IgG y huevo, IgG y leche de vaca, etc). Con esto obtendrás unos valores de IgG específicos para cada alimento, más bajos o más altos. Sería a los valores más altos a los que supuestamente tendrías intolerancia y deberías evitar. Normalmente te los presentarán en un sistema de semáforo: rojo para los que debes evitar, ámbar para los que puedes tolerar en ciertas cantidades y verde para aquellos alimentos que puedes comer sin problemas.

¿Qué nos dice la evidencia científica?


IgG es un tipo de anticuerpo. Es el más abundante en seres humanos y tiene 4 subtipos. Cada tipo de anticuerpo nos protege de distintas maneras; las IgG hacen la opsonización: marcan a los patógenos para que otras células del sistema inmunitario los maten. IgG1 y IgG3 activan el sistema de complemento, que ayuda a la eliminación de patógenos (1).

Sabemos que las IgG están relacionadas con la auto-inmunidad y que las IgE están involucradas en las alergias. Sin embargo, a partir de un estudio que mostró que las IgG4 podrían inducir la liberación de histamina (2), la gente se empezó a preguntarse si las IgG podrían mediar en algunas reacciones a ciertos alimentos que no eran alergias. Esta idea empezó a tener mejor pinta después de que unos cuantos estudios (3-5) mostraran que quitando los alimentos a los que la prueba IgG había  salido alta de la dieta(marcado en rojo), los síntomas de los pacientes con Síndrome del Intestino Irritable (SII) mejoraban notablemente.

A primera vista todo parece que tiene mucho sentido, pero no debemos caer en la trampa de confundir asociación con causa. Por ejemplo, hace unos años hubo un artículo que señalaba como "a mayor tamaño de TV, mayores posibilidades de tener diabetes de tipo 2". ???

Nos preguntamos, el hecho de que estos pacientes mostraran una mejoría de sus síntomas después de evitar los alimentos con IgG alta ¿es una asociación o una relación causa-efecto?

En un estudio en Noruega (6), estudiaron las diferencias en los niveles de IgG entre los pacientes con SII y la población normal. Según los resultados no hubo diferencias entre los dos grupos en los niveles de IgG. Curiosamente, encontraron que niveles bajos de IgG específicos para huevo y ternera estaban asociados con mayor severidad de síntomas mientras que niveles altos de IgG específica para el pollo también lo estaban.

Si lo pensamos un momento, esperaríamos que los niveles más elevados de IgG causaran mayor severidad de síntomas y que los enfermos de SII tuvieran niveles más elevados en general. Los autores descubrieron que los pacientes con SII consideraban que el huevo y la ternera son comidas “problemáticas” y las evitaban, mientras que consideraban el pollo una comida “segura” y la consumían de manera frecuente.

Esto les llevó a concluir que era poco probable que los síntomas de SII estuvieran mediados por IgG y que la presencia de este anticuerpo simplemente reflejaba la dieta de cada uno. 

En otras palabras, cuanto más comas un determinado alimento, mayor será tu IgG específica a él.

Un artículo en el Journal of Gastroenterology and Hepathology que revisó la evidencia disponible sobre SII concluyó que no podían recomendar dietas de exclusión basadas en IgG debido a la falta de evidencia científica y eficacia limitada de estas dietas (7).

Otro artículo estudió la relación entre IgG y la sensibilidad al gluten sin encontrar una relación causal (8).

En 2008 la Academia de Alergia e Inmunología Europea (EAACI) publicó un documento en el que explicaban su posición en el uso de las pruebas de IgG4 para el diagnóstico de intolerancias alimentarias (9). Su conclusión fue “Las pruebas de IgG4 específicas a alimentos son consideradas como irrelevantes en los tests de laboratorio para alergia alimentaria o intolerancia y no deben realizarse en el caso de molestias relacionadas con alimentos”. En este documento declaran que:

  • No hay evidencia de que las IgG4 causen síntomas en seres humanos.
  • El estudio que mostró que las IgG4 causan la liberación de histamina (2) fue realizado bajo condiciones muy específicas de laboratorio que sería muy difícil que ocurrieran en un ser humano.
  • La presencia de IgG4 indica que el individuo ha sido expuesto repetidamente a un alimento y que su sistema inmunitario lo ha reconocido como extraño pero inofensivo.
  • La presencia de IgG4 no debe utilizarse como un marcador de hipersensibilidad o intolerancia sino como un marcador de tolerancia inmunológica.
Como conclusión: no existe evidencia científica que apoye el uso de las pruebas de IgG4 para diagnosticar una intolerancia alimentaria. Si sospechas que tienes una intolerancia, acude a tu médico o dietista.

Referencias:
1. Owen J, Punt J, Stranford S, Jones P. Kuby Immunology. Seventh ed: MacMillan Higher Education; 2013.
2. Parish WE. Short-Term anaphylactic IgG antibodies in human sera. Lancet 1970; 2: 591-592  
3. Atkinson W et al. Food elimination based on IgG antibodies in irritable bowel syndrome: a randomised control trial. Gut 2004; 53:1459-1464 
4. Zar S et al. Food specific serum IgG4 and IgE titers to common food antigens in irritable bowel syndrome. Am J Gastro 2005; 100: 1550-1557
5. Zar S et al. Food specific IgG4 antibody-guided exclusion diets improve symptoms and rectal compliance in irritable bowel syndrome. Scan J Gastro 2005; 40 :800-807
6. Ligaarden et al. IgG and IgG4 antibodies in subjects with irritable bowel syndrome: a case control study in the general population. BMC Gastro 2012; 12:166-174
7. Philpott H et al. Alternative investigations for irritable bowel syndrome. JGHF 2012; 28; 73-77
8. Francavilla R et al. Clinical, Serologic, and Histologic Features of Gluten Sensitivity
in Children. Journal of paediatrics 2014; 164: 463-467 
9. Stapel S et al. Testing for IgG4 against foods is not recommended as a diagnostic
tool: EAACI Task Force Report*. Allergy 2008; 63: 793-796  



lunes, 6 de marzo de 2017

Carpaccio de calabacín


Ingredientes para 2:
  • 2 calabacines pequeños o 1 grande
  • 40gr de queso feta
  • 20 tomatitos cherry Vinagre balsámico y AOLE
Preparación:
  • Cortamos el calabacín muy muy finamente en rodajas
  • Cortamos los cherry por la mitad
  • Cortamos el feta en cuadradidos
  • Presentamos en un plato con el calabacín al fondo en lonchas, tomatitos por encima y el feta bien repartido
  • Regamos con aceite de oliva y vinagre balsámico.
 

miércoles, 1 de marzo de 2017

Creatina, ejercicio y la salud ósea

La creatina es un suplemento con mucho respaldo científico en el mundo de nutrición deportiva. Es muy conocido por mejorar la fuerza del músculo y aumentar la masa corporal magra. Hoy en día podemos ver su aplicación en varios escenarios clínicos. 
En este artículo de la revista de Medicine & Science in Sports & Exercise (1)  investigaron el efecto de un año de suplementación con creatina en combinación con ejercicios de fuerza. Dividieron 33 mujeres postmenopáusica en dos grupos, un grupo (n15) hicieron ejercicios de fuerza con suplementación de creatina, el otro grupo (n18) hicieron los mismos ejercicios pero con un placebo.  

Se compararon entre los grupos la densidad mineral ósea de la espina lumbar, del cuello femoral, de la cadera y de la totalidad del cuerpo. Se compararon también la masa magra corporal y los cambios en la fuerza al realizar sentadillas y un ejercicio de pesas en banca.


Resultados
El grupo suplementado con creatina tuvo una pérdida de densidad mineral ósea en el cuello femoral menor que el grupo placebo (-1,2% comparado con -3,9%, p< 0,05). El cuello femoral es un sitio frecuente de fractura.
El grupo suplementado con creatina también mostró una mayor fuerza que el grupo placebo al realizar el ejercicio de pesas de banca (64% vs 34%, p <0,05). No hubo ninguna otra diferencia significativa en los otros aspectos medidos. 

La conclusión fue que 12 meses con una suplementación de creatina en combinación con un entrenamiento de fuerza preservaba la densidad mineral ósea del cuello femoral en mujeres postmenopáusicas. 


Nuestra opinión
Este estudio presenta una visión muy interesante sobre los beneficios del ejercicio de fuerza y su combinación con un suplemento de creatina. Éste es un área de investigación que vamos a ir siguiendo de cerca para poder elaborar planes personalizados para el tratamiento y la prevención de osteoporosis en mujeres postmenopáusicas. 

Lo que sí que parece clarísimo es que el ejercicio es crucial para mujeres postmenopáusicas y que las consecuencias de un ejercicio de fuerza controlado y monitorizado por profesionales ayuda a la creación de masa ósea y a la ralentización de la pérdida de ésta. Es decir, que si eres mujer, sería una buena idea invertir 3-4 días de la semana en hacer ejercicios como la sentadilla para fortalecer la masa ósea y reducir el riesgo de osteoporosis.

No te pierdas en nuestro blog las entradas sobre ejercicios, con vídeos e imágenes.

Referencia

CHILIBECK, PHILIP D; CANDOW, DARREN G; LANDERYOU, TIM; KAVIANI, MOJTAB; PAUS-JENSSEN, LISA
Effects of Creatine and Resistance Training on Bone Health in Postmenopausal Women Medicine & Science in Sports & Exercise: August 2015 - Volume 47 - Issue 8 - p 1587–1595

viernes, 24 de febrero de 2017

Sistema inmunitario y suplementación de carbohidratos


Éste es el primero de tres artículos sobre el sistema inmunitario, ejercicio y macronutrientes. Hemos extraído la información del periódico “Exercise and Immunology Review” y hoy empezamos con carbohidratos y ejercicio de resistencia.

Los beneficios de los carbohidratos para ejercicio de resistencia están bien documentados y aceptamos por la comunidad científica. Para sesiones de entrenamiento y competiciones largas, nos recomiendan 30-60g/h hasta 90g/h para competiciones muy largas como Iron Man. La razón fundamental para estas cantidades es mantener el nivel de glucosa en la sangre, aunque también parece que los carbohidratos tienen un efecto indirecto en el sistema inmunitario.

Durante el ejercicio, las hormonas de estrés (adrenalina, noradrenalina y cortisol) aumentan. Estas hormonas perjudican al sistema inmunitario. Ponerse enfermo o tener una infección es algo bastante común entre los atletas; estoy seguro de que has tenido que perder alguna sesión de entrenamiento por esta razón.

En general, no hay una diferencia notable entre una dieta habitual alta o baja en carbohidratos y su efecto en el sistema de inmunitario, es decir, con ambas dietas hay una depresión de la función inmune después de ejercicio. Pero suplementación de carbohidratos durante ejercicio sí que tiene un efecto sobre él.

Durante ejercicio, mientras el nivel de glucosa en la sangra baja, el nivel de cortisol aumenta. El cortisol estimula el catabolismo de proteínas y la gluconeogénesis (la creación de glucosa de fuentes que no son carbohidratos). También tiene efectos anti-inflamatorios e inmuno-depresivos. Hay una buena cantidad de evidencia que demuestra que con la suplementación de carbohidrato durante ejercicio de resistencia el aumento del cortisol está atenuado. Por otro lado, también existen estudios que demuestran un efecto positivo de los carbohidratos en el sistema inmunitario, independientemente del nivel del cortisol.

En resumen: la suplementación de carbohidrato durante ejercicio parece a disminuir la depresión de la función inmunitaria después de ejercicio. Por desgracia, esta suplementación NO parece a reducir la incidencia de las infecciones de tracto respiratorio superior, si no que el efecto es sobre otro tipo de infecciones.

Aplicación practica    

A pesar de que la suplementación de carbohidrato no nos protege contra las infecciones de tracto respiratorio superior, todavía tiene un efecto beneficiario en el sistema inmunitario durante ejercicio. Eso significa que puedes recuperar de una ITRS más rápido y evitar otras infecciones. Por otra parte, el link entre carbohidratos y sistema inmunitario demuestra que mientras estás siguiendo una dieta baja en carbohidratos o estás entrenando en ayunas no es recomendable sesiones de entrenamiento de alta intensidad. Tampoco os recomiendo seguir una dieta baja en carbohidratos o entrenar en ayunas tras un período de entrenamiento muy duro.

Reference
Berman S et al. (2017) Immunonutrition and Exercise Consensus Statement. Exercise and Immunology Review: Vol 23