lunes, 23 de octubre de 2017

El papel del dietista en oncología

La EFAD (Federación Europea de Asociaciones de Dietistas) ha publicado recientemente un documento que resume el papel de los dietistas en la rama de oncología. Recordemos que un dietista es una persona con título en Nutrición y Dietética, reconocido por una autoridad nacional. El dietista aplica la ciencia de la nutrición a la alimentación y educación de grupos de personas y personas individuales tanto en salud como en enfermedad.

Podéis acceder al documento original en inglés aquí y a continuación os dejo un resumen de los puntos principales:

Los dietistas, expertos en nutrición humana, están excepcionalmente cualificados para desarrollar e implementar estrategias que mejoren las ingesta nutricional de adultos y niños diagnosticados con cáncer. Tienen un papel fundamental dentro de un equipo multidisciplinar, asegurando que la nutrición se optimice desde el diagnóstico y el comienzo del tratamiento hasta la rehabilitación, los cuidados paliativos y al final de la vida.

Los dietistas son esenciales para el desarrollo de políticas y directrices para el manejo de la desnutrición, problemas nutricionales relacionados con la enfermedad (a corto y largo plazo) y la calidad de vida asociada con el cáncer y su tratamiento además de la investigación y educación de todos los profesionales de la salud

Papel del dietista (especializado en oncología)
  • Evaluar el estado nutricional, ya que muchas personas con cáncer corren el riesgo de desarrollar malnutrición. 
  • Determinar los requerimientos nutricionales (cambios en la ingesta dietética y el metabolismo pueden surgir como resultado del cáncer y pueden identificarse como caquexia). 
  • Aconsejar y planificar un soporte nutricional adecuado que incluya asesoramiento dietético, suplementos nutricionales orales y apoyo nutricional enteral y parenteral apropiado para todos los tipos de cáncer. 
  • Monitorizar el estado nutricional y evaluar la efectividad del soporte nutricional para mejorar / preservar el estado nutricional y optimizar los resultados clínicos (un estado nutricional inadecuado puede afectar la tolerancia al tratamiento del cáncer).
  • Asesorar a las personas con cáncer sobre la elección de alimentos adecuados para reducir los efectos adversos de los microorganismos transmitidos por los alimentos.
  • Aconsejar sobre la dieta óptima para las personas que aumenten de peso durante el tratamiento, ya que esto puede influir en el riesgo de recurrencia, por ejemplo, en el cáncer de mama y próstata y empeorar el pronóstico. 
  • Mejorar el estado nutricional, lo cual impacta en la supervivencia general, la supervivencia libre de enfermedad y la calidad de vida.
  • Ayudar a los pacientes con cáncer avanzado que reciben cuidados paliativos a comer y beber. 
  • Discutir con el equipo multidisciplinar la ética de la nutrición.
  • Ayudar a las personas con cáncer a tomar decisiones informadas sobre intervenciones dietéticas no comprobadas y cuándo tomar suplementos vitamínicos y minerales. 
  • Contribuir a la enseñanza de todos los profesionales de la salud sobre la identificación y el manejo de la nutrición en el cáncer. 
  • Iniciar y contribuir en proyectos de investigación sobre nutrición y cáncer.
Vía BDA

jueves, 19 de octubre de 2017

¡¡Cuidado con las cañas después de entrenar!!

Todos nosotros, los atletas no profesionales (y algunos pros también), disfrutamos de una cerveza después de entrenar y sabemos que consumir alcohol en exceso es perjudicial para la salud. Pero ¿puede ser también perjudicial para nuestra recuperación? 

En este estudio de la universidad de North
Texas investigaron el efecto del alcohol después de una sesión de entrenamiento con pesas. Contaban 10 hombres y 9 mujeres, todos bien entrenados que hicieron 6 series de sentadillas y después tomaron alcohol o un placebo. Todos los participantes hicieron ambos: ejercicio y alcohol y en otro momento ejercicio + placebo. Los investigadores tomaron biopsias musculares antes del entrenamiento y tras 3 y 5 horas. Los investigadores esperaban encontrar proteínas asociados con el crecimiento celular y diferencias entre el grupo alcohol y el de placebo.


El principal hallazgo fue que en los hombres la fosforilación de la proteína mTORC1 (una proteína que está involucrado con el crecimiento celular muscular) fue atenuada con alcohol.


Los autores concluyeron que el consumo de alcohol puede influir negativamente en la recuperación, inhibiendo la proteína que permite que el músculo aumente de tamaño tras el entrenamiento con pesas (al menos en hombres).

Este es un artículo muy interesante. Nos advierte de que tomar esa cervecita tras el ejercicio, aunque apetecible, nos puede alejar de ese objetivo para el que hemos estado trabajando tan duro. Desde aquí nos preguntamos si el efecto sería el mismo tras realizar un ejercicio de resistencia.