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martes, 9 de enero de 2018

No hay relación entre la leche de vaca de fórmula y el riesgo de padecer diabetes

En los últimos años, y debido al rápido aumento de los casos de diabetes de tipo 1 (diagnosticada normalmente cuando somos pequeños) y de tipo 2 (diagnosticada en la edad adulta),  se ha invertido mucho tiempo y dinero en tratar de encontrar las causas o desencadenantes de esta enfermedad. Una de las teorías es que los bebés alimentados con leche de vaca podrían tener mayor riesgo de desarrollar diabetes.

En 2010 se publicó un estudio finlandés en el que se observó que los bebés alimentados con leche con proteína de vaca tenían más anticuerpos relacionados con la diabetes de tipo 1 que aquellos alimentados con proteína de vaca hidrolizada (proteínas cortadas en trocitos pequeños para evitar una reacción inmunológica) (1).

El 2 de Enero de este año (2018) se ha publicado un estudio que señala justo lo contrario (2). Este equipo realizó un ensayo aleatorizado de control, en el que dividieron de 2159 bebés en dos grupos: 1) alimentados con leche de vaca (infantil) durante al menos 60 días y 2) alimentados con leche de vaca con proteínas predigeridas.  

Estudiaron a estos bebés hasta que el más pequeño cumplió 10 años y evaluaron los casos de diabetes, sin encontrar diferencias entre los dos grupos. Aunque han tardado 15 años en confirmar su hipótesis, por fin se pone fin a la controversia. 

 Parece que el desarrollo de diabetes de tipo 1 no depende del tipo de proteínas presentes en la leche de vaca de fórmula aunque quizás la leche materna sí que tenga un papel en su prevención (3). Recordemos que la OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante 6 meses y que posteriormente se deben empezar a ofrecer alimentos complementarios, pero sin abandonar la lactancia materna hasta los 2 años o más (4).

Referencias
1. Dietary manipulation of beta cell autoimmunity in infants at increased risk of type 1 diabetes: a pilot study. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15838685 
2. Effect of Hydrolyzed Infant Formula vs Conventional Formula on Risk of Type 1 DiabetesThe TRIGR Randomized Clinical Trial. https://jamanetwork.com/journals/jama/article-abstract/2667723?redirect=true 
3. Infant Feeding and Risk of Type 1 Diabetes in Two Large Scandinavian Birth Cohorts. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28487451
4. http://www.who.int/nutrition/topics/exclusive_breastfeeding/es/http://www.who.int/nutrition/topics/exclusive_breastfeeding/es/

jueves, 22 de junio de 2017

¿Por qué no nos podemos creer todo lo que sale en las noticias?


Antena3 TV publicaba ayer:
Un estudio asegura que el gin tonic mitiga los síntomas de las alergias

Por este tipo de mensajes es por lo que es esencial que el consumidor consulte con un especialista antes de creer lo que se publica en los medios.Ya sé que parece de cajón para muchos, pero a otros quizñas les entre la duda.

Esta noticia publicada por Antena3 a su vez se remite a una noticia publicada por un periódico gratuito de Reino Unido (Metro), que a su vez comenta de una manera bastante sensacionalista un estudio publicado por Asthma.uk.
 
¿Y qué dice el artículo de Antena3?
Básicamente que tomar Ginebra o Vodka puede aliviar los síntomas de tu alergia o asma. Vamos, que con leer el titular alguien con alergia al cacahuete parece que se debería ir derecho al bar. 

¿Y el estudio original?
Pues que al contrario que la cerveza y el vino, la ginebra contiene niveles más bajos de histamina (histamina es la sustancia que el cuero produce al responder a alergias - por eso tomamos antihistáminicos), lo cual puede hacer que los síntomas de nuestra alergia no empeoren tanto como si nos tomamos un vino. 


No significa que un Gin&Tonic nos vaya a hacer sentir mejor, o que sea como tomar un antihistamínico o inhalar nuestra medicación. Simplemente que no va a empeorar nuestros síntomas tanto como lo harían otras bebidas.

Pero ésto no es lo que se deduce tras leer la noticia publicada por antena3

Conclusión:
Ve siempre a la fuente original y si algo parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente no es verdad!!

Links: http://www.antena3.com/…/estudio-asegura-que-gin-tonic-miti… http://metro.co.uk/…/drinking-gin-and-tonic-can-help-sooth…/ https://www.asthma.org.uk/…/blog-post-gin-and-tonic-pinch-…/

miércoles, 29 de marzo de 2017

Macronutrients, Exercise and Immunology Part 2: Lipids

As was discussed part 1, exercise can depress the function of the immune system. Supplementing with carbohydrate during exercise has been shown to blunt this response therefore the immune system can function better than if no supplementation had taken place. In this post, we will be looking at the role of fatty acids in exercise and immune function.


As with carbohydrate, the main role of fatty acids is a source of energy. As well as energy, certain fatty acids are involved in inflammation and immune responses. A dialogue that is probably very familiar to all of us is that Omega-6 fatty acids are pro-inflammatory and Omega-3 anti-inflammatory and that our modern diet has too much Omega-6 and not enough Omega-3. Just a quick google search of either Omega-3 or 6 will result in many nutrition “experts” giving advice on how to improve the ratio of the fatty acids in the diet. 


The Omega-6 linoleic acid is termed an essential fatty acid because, as with essential amino acids, it cannot be synthesised by the body and therefore must be obtained through the diet. Nuts, seeds and vegetable oils are rich sources of linoleic acid1. Once in the body, linoleic acid can be converted to another Omega-6 fatty acid arachidonic acid, this fatty acid is a pre-cursor to inflammatory mediators known as prostaglandins and leukotrienes. These two mediators are involved in inflammatory (and allergic) reactions, hence the belief that a diet rich in Omega-6 can lead to problems associated with chronic inflammation. Despite their role in inflammation, the authors of the exercise and immunology review2 state that currently there is no strong evidence to support the claims that altering your Omega-6 intake will affect inflammation. In terms of the role of Omega-6 in exercise and the immune system, the same authors state that there is very little research in this area.


Moving on to the Omega-3 fatty acids EPA and DHA, the anti-inflammatory actions of these fatty acids, taken as either a fish oil supplement or as oily fish, are well documented. EPA and DHA can be easily assimilated into cell membranes at the expense of the Omega-6 arachidonic acid, which of course leads to less production of the prostaglandins and leukotrienes. They are also involved in the production of mediators that resolve inflammation, enhance immune function and regulate key signalling events within immune cells such as T-cells and B-cells.

Unlike with Omega-6, the role of Omega-3 within exercise is a well-researched topic. However, (there is always a however) it is difficult to draw any firm conclusions from the published research. A large difference in doses used, (1g – 4g/day), the populations studied (untrained or elite athletes) and length of time of the studies (one week to several months) have made it difficult to say with confidence that Xg of Omega-3 taken per day will help you decrease exercise induced immunodepression. Supplementing with Omega-3 appears to decrease post exercise muscle soreness and exercise induced inflammation in untrained individuals but the evidence in trained and elite individuals is less convincing. The conclusion of the authors of the Exercise and Immunology Review is that more research is needed in this area.


So, what conclusions if any can we draw from this information? Regardless of its role in exercise Omega-3 fatty acids have numerous health benefits, so I would recommend that our diet has sufficient Omega-3 in it, either by ensuring we eat 1-2 portions of oily fish per week, or if you do not eat fish, take a fish oil supplement. At this moment in time I would avoid taking large doses of Omega-3 either before or during exercise until there is stronger evidence supporting the claim that it has a beneficial effect in this area. 

If you want any more information on diet, exercise and the immune system please get in touch via wayne@gabinetederueda.es 
 
References

1. http://nutritiondata.self.com/foods-000141000000000000000-w.html   
2. Berman S et al. (2017) Immunonutrition and Exercise Consensus Statement. Exercise and Immunology Review: Vol 23

jueves, 9 de marzo de 2017

Intolerancias alimentarias y los IgG

Hoy en día en el mundo de la salud y de la nutrición muchas enfermedades son atribuidas a los alimentos. En general somos más conscientes de que la dieta puede afectar a la salud positiva y negativamente.

En algunos casos es evidente que un alimento es el causante de una determinaba enfermedad, por ejemplo en alergias. Pero hay casos en los que no es tan obvio. Este es un área gris que muchos aprovechan. Defienden que pueden emparejar nuestros síntomas con determinados alimentos presentes en nuestra dieta y utilizan varias “pruebas” para establecer un diagnóstico. El problema es que muchas de estas pruebas no tienen ningún fundamento científico.

Una de éstas es la prueba IgG. Esta prueba consiste en tomar una muestra de sangre que se analiza para medir la presencia de IgG específica para determinados alimentos (ej. IgG y huevo, IgG y leche de vaca, etc). Con esto obtendrás unos valores de IgG específicos para cada alimento, más bajos o más altos. Sería a los valores más altos a los que supuestamente tendrías intolerancia y deberías evitar. Normalmente te los presentarán en un sistema de semáforo: rojo para los que debes evitar, ámbar para los que puedes tolerar en ciertas cantidades y verde para aquellos alimentos que puedes comer sin problemas.

¿Qué nos dice la evidencia científica?


IgG es un tipo de anticuerpo. Es el más abundante en seres humanos y tiene 4 subtipos. Cada tipo de anticuerpo nos protege de distintas maneras; las IgG hacen la opsonización: marcan a los patógenos para que otras células del sistema inmunitario los maten. IgG1 y IgG3 activan el sistema de complemento, que ayuda a la eliminación de patógenos (1).

Sabemos que las IgG están relacionadas con la auto-inmunidad y que las IgE están involucradas en las alergias. Sin embargo, a partir de un estudio que mostró que las IgG4 podrían inducir la liberación de histamina (2), la gente se empezó a preguntarse si las IgG podrían mediar en algunas reacciones a ciertos alimentos que no eran alergias. Esta idea empezó a tener mejor pinta después de que unos cuantos estudios (3-5) mostraran que quitando los alimentos a los que la prueba IgG había  salido alta de la dieta(marcado en rojo), los síntomas de los pacientes con Síndrome del Intestino Irritable (SII) mejoraban notablemente.

A primera vista todo parece que tiene mucho sentido, pero no debemos caer en la trampa de confundir asociación con causa. Por ejemplo, hace unos años hubo un artículo que señalaba como "a mayor tamaño de TV, mayores posibilidades de tener diabetes de tipo 2". ???

Nos preguntamos, el hecho de que estos pacientes mostraran una mejoría de sus síntomas después de evitar los alimentos con IgG alta ¿es una asociación o una relación causa-efecto?

En un estudio en Noruega (6), estudiaron las diferencias en los niveles de IgG entre los pacientes con SII y la población normal. Según los resultados no hubo diferencias entre los dos grupos en los niveles de IgG. Curiosamente, encontraron que niveles bajos de IgG específicos para huevo y ternera estaban asociados con mayor severidad de síntomas mientras que niveles altos de IgG específica para el pollo también lo estaban.

Si lo pensamos un momento, esperaríamos que los niveles más elevados de IgG causaran mayor severidad de síntomas y que los enfermos de SII tuvieran niveles más elevados en general. Los autores descubrieron que los pacientes con SII consideraban que el huevo y la ternera son comidas “problemáticas” y las evitaban, mientras que consideraban el pollo una comida “segura” y la consumían de manera frecuente.

Esto les llevó a concluir que era poco probable que los síntomas de SII estuvieran mediados por IgG y que la presencia de este anticuerpo simplemente reflejaba la dieta de cada uno. 

En otras palabras, cuanto más comas un determinado alimento, mayor será tu IgG específica a él.

Un artículo en el Journal of Gastroenterology and Hepathology que revisó la evidencia disponible sobre SII concluyó que no podían recomendar dietas de exclusión basadas en IgG debido a la falta de evidencia científica y eficacia limitada de estas dietas (7).

Otro artículo estudió la relación entre IgG y la sensibilidad al gluten sin encontrar una relación causal (8).

En 2008 la Academia de Alergia e Inmunología Europea (EAACI) publicó un documento en el que explicaban su posición en el uso de las pruebas de IgG4 para el diagnóstico de intolerancias alimentarias (9). Su conclusión fue “Las pruebas de IgG4 específicas a alimentos son consideradas como irrelevantes en los tests de laboratorio para alergia alimentaria o intolerancia y no deben realizarse en el caso de molestias relacionadas con alimentos”. En este documento declaran que:

  • No hay evidencia de que las IgG4 causen síntomas en seres humanos.
  • El estudio que mostró que las IgG4 causan la liberación de histamina (2) fue realizado bajo condiciones muy específicas de laboratorio que sería muy difícil que ocurrieran en un ser humano.
  • La presencia de IgG4 indica que el individuo ha sido expuesto repetidamente a un alimento y que su sistema inmunitario lo ha reconocido como extraño pero inofensivo.
  • La presencia de IgG4 no debe utilizarse como un marcador de hipersensibilidad o intolerancia sino como un marcador de tolerancia inmunológica.
Como conclusión: no existe evidencia científica que apoye el uso de las pruebas de IgG4 para diagnosticar una intolerancia alimentaria. Si sospechas que tienes una intolerancia, acude a tu médico o dietista.

Referencias:
1. Owen J, Punt J, Stranford S, Jones P. Kuby Immunology. Seventh ed: MacMillan Higher Education; 2013.
2. Parish WE. Short-Term anaphylactic IgG antibodies in human sera. Lancet 1970; 2: 591-592  
3. Atkinson W et al. Food elimination based on IgG antibodies in irritable bowel syndrome: a randomised control trial. Gut 2004; 53:1459-1464 
4. Zar S et al. Food specific serum IgG4 and IgE titers to common food antigens in irritable bowel syndrome. Am J Gastro 2005; 100: 1550-1557
5. Zar S et al. Food specific IgG4 antibody-guided exclusion diets improve symptoms and rectal compliance in irritable bowel syndrome. Scan J Gastro 2005; 40 :800-807
6. Ligaarden et al. IgG and IgG4 antibodies in subjects with irritable bowel syndrome: a case control study in the general population. BMC Gastro 2012; 12:166-174
7. Philpott H et al. Alternative investigations for irritable bowel syndrome. JGHF 2012; 28; 73-77
8. Francavilla R et al. Clinical, Serologic, and Histologic Features of Gluten Sensitivity
in Children. Journal of paediatrics 2014; 164: 463-467 
9. Stapel S et al. Testing for IgG4 against foods is not recommended as a diagnostic
tool: EAACI Task Force Report*. Allergy 2008; 63: 793-796  



miércoles, 4 de mayo de 2016

Enfermedad celíaca y Diabetes de tipo 1

La celiaquía es más frecuente en personas que padecen diabetes de tipo 1 ya que las dos son enfermedades autoinmmunes. En la mayoría de los casos, se diagnostica la diabetes antes que la enfermedad celíaca. Entre el 2-10% de la gente con enfermedad celíaca padecerá diabetes de tipo 1.  

Sin embargo, muchos diabéticos de tipo 1 no notan los síntomas de la enfermedad celíaca (hinchazón, diarrea, etc) aunque las vellosidades intestinales estén siendo dañadas. 

¿Cómo afecta el diagnóstico de enfermedad celíaca a mi diabetes?

Los niveles de azúcar en sangre pueden sufrir variaciones tras eliminar el gluten de la dieta. Esto ocurre porque al eliminar el gluten, el intestino comenzará a repararse y mejorará la absorción de nutrientes. Si tus niveles de azúcar en sangre se vuelven muy erráticos, no dudes en hablar con tu médico o tu dietista especializad@ en diabetes. 

10 consejos para sobrellevar las dos enfermedades

  1. Toma al menos 3 comidas al día
  2. Toma hidratos de carbono sin gluten en cada comida. Los productos integrales y con semillas tiene  menor índice glucémico, así como la quinoa y la batata/boniato.
  3. Reduce la cantidad de grasas que tomas, especialmente de grasa saturada. La grasa es una gran fuente de calorías, con lo que reducir su consumo en la dieta nos ayudará a reducir las calorías. Prueba a cocinar al vapor, al grill, al horno. Utiliza productos lácteos bajos en grasa y corta la grasa visible de las carnes.
  4. Toma más pescado. Y al menos 2 veces a la semana pescado azul como salmón, atún, bonito, etc. 
  5. Reduce la cantidad de azúcares refinados de tu dieta. 
  6. Reduce la sal, como mucho 5gr al día. Esto incluye la sal que forma parte de productos alimenticios como salsas, quesos, carnes procesadas. 
  7. Toma más frutas y verduras, especialmente verduras! Prueba a tomar entre horas verdura cruda como pimientos, pepinos y zanahorias con salsas caseras como hummus. 
  8. Toma más legumbres. Son una gran fuente de proteínas y vitaminas y además no tienen gluten!
  9. Alcohol con moderación y nunca jamás con el estómago vacío. La cerveza tiene gluten así que mantente alejado de ella. Bebidas como vino, whisky, ron, jerez, no tienen gluten. 
  10. Evita los productos para diabéticos: normalmente son más caros y contienen más grasa que los productos ordinarios. Además pueden tener un efecto laxante. 

Kamut

Esta es la transcripción original de nuestra entrevista con La Razón


¿Qué es el Kamut?

El trigo Kamut es un tipo de trigo antiguo, originario de Egipto, cuya producción es únicamente orgánica. No ha sido modificado genéticamente ni mezclado con otras especies. Esto supone una ventaja ya que debido a los métodos de producción actuales, nuestros cereales contienen una menor concentración de minerales como zinc, cobre, hierro y magnesio (1).

Sus granos son el doble de grandes que los del trigo moderno y tiene más cantidad de proteínas, lípidos y vitaminas que éste.


¿Por qué se ha puesto de moda?

En estos últimos años nos hemos empezado a preocupar más por llevar una alimentación saludable, nos inquieta consumir alimentos modificados genéticamente y excesivamente refinados. Tiende a haber una tendencia general hacia una alimentación más natural o tradicional. Basta con ver el aumento de la popularidad de las dietas “Paleo” o la cantidad de alimentos orgánicos disponibles en los supermercados. Como respuesta a esta tendencia aparece el Kamut: un grano “antiguo” fruto del cultivo orgánico.

Por otro lado ha aumentado el número de personas que se aquejan de molestias al digerir alimentos que contienen trigo (ej. pan, pasta). En este aspecto, el Kamut ha demostrado una ventaja frente al trigo moderno, ya que personas con Síndrome del Intestino Irritable (SII) notaron una mejoría al consumir este tipo de trigo (2).


Sin embargo, es la variedad de trigo más antigua que se conoce, ¿no?

Los orígenes de este trigo son un tanto misteriosos. Se dice que se encontró en el interior de una pirámide de Egipto hace muchos años. En 1940 miembro de las Fuerzas Armadas americanas le envió a su padre, un granjero de trigo en Montana, una muestra de los granos. 
Otras fuentes dicen que su origen es de Mesopotamia y que fue encontrado en tumbas egipcias. Sin embargo no existe evidencia arqueológica que lo corrobore.

En Turquía, por ejemplo, lo llaman “trigo del profeta” ya que hay una leyenda que dice que Noé lo trajo en su Arca.


¿Desde cuándo se consume?

Este trigo se consumía en el antiguo Egipto, junto con otras variedades de trigo. Se intentó comercializar sin mucho éxito en 1949. Y no fue hasta 1977 cuando su producción se hizo muy popular. El Kamut®, como marca registrada, lleva produciéndose desde 1990 principalmente en Estados Unidos.


¿Y cuáles son sus propiedades más destacadas? 

Se le atribuyen propiedades antioxidantes, anti inflamatorias, reductoras del colesterol y LDL (colesterol malo) y reguladoras del azúcar en sangre en diabéticos de tipo 2 (3, 4, 5).

El consumo regular de Kamut tiene una función prebiótica, favoreciendo la presencia de flora intestinal beneficiosa para nuestra salud (6). 

Comparado con el trigo moderno tiene un mayor contenido de minerales como potasio, magnesio, hierro y selenio, y del aminoácido lisina, importante para la absorción de calcio y la producción de colágeno.

Lo que creo que es importante destacar es que el Kamut no es apto para personas alérgicas al trigo. Un estudio publicado en la Revista Europea de Alergia e Inmunología Clínica señaló que el potencial alergénico de trigo Kamut y el moderno era el mismo (7). Se aplica lo mismo para celíacos: el Kamut sigue siendo un tipo de trigo y por lo tanto contiene la proteína del gluten.

Como decíamos antes, de lo que sí que ha habido información es sobre la mejora en la
digestibilidad de este tipo de trigo en personas con SII y Sensibilidad al gluten-no celíaca (SGNC) (2). En este sentido, parece que el Kamut produce menos marcadores proinflamatorios que el trigo moderno y causa menos o ningún síntoma en este tipo de pacientes.

Sin embargo, todos los estudios mencionados en este artículo (y en la página de Kamut) han sido parcialmente financiados por Kamut, y aunque los autores no consideran que haya habido un conflicto de intereses, hay que interpretar estos resultados con cautela.


¿Es muy calórico?

Proporciona prácticamente las mismas calorías que el trigo moderno. La composición nutricional es ligeramente diferente ya que el Kamut contiene mayor cantidad de proteínas y grasas poli insaturadas que el trigo moderno.


O sea que engorda más ¿no?

Es una diferencia muy pequeña, apenas 10kcal. Y aunque tiene mayor cantidad de grasa, ésta es poliinsaturada, que es beneficiosa para la salud cardiovascular.


¿Cómo se consume? ¿Como cualquier cereal?

Sí. Se puede cocinar como cualquier otro cereal. Sustituyendo a la arroz o la pasta en nuestras comidas, como base de pizza o como cereal de desayuno. Una de las ventajas de este cereal es que tiene un sabor ligeramente más dulce que el trigo, por lo que es ideal para cocinar postres como magdalenas o bizcochos. También se vende en panaderías orgánicas, sólo o mezclado con otros tipo de cereales.


¿Y tiene algún tipo de contraindicación o desventaja sobre otros trigos?

Al ser orgánico y estar de moda, resulta bastante más caro que el trigo moderno. También es más difícil de encontrar, ya que no se vende en supermercados convencionales y hay que acudir a tiendas especializadas de productos orgánicos.

En resumen, el Kamut parece una interesante alternativa al trigo pero sin llegar a ser el “súper alimento” que muchos defienden. Puede ser ligeramente más rico en vitaminas y minerales que el trigo moderno, pero en cantidades tan pequeñas que no proporcionan una gran diferencia en el marco de una dieta equilibrada.

El aspecto que resulta más prometedor es el de la digestibilidad. Sin embargo la evidencia científica disponible no es concluyente.

Si te gusta probar nuevos sabores ¡a por ello! El Kamut es más dulce que otros trigos y puede suponer un cambio interesante en tus recetas. Pero si vas a tomarlo religiosamente como si fuera una panacea, yo me esperaría a que se realizaran más estudios científicos independientes.




Referencias

1. Fan M, Zhao FJ, Fairweather-Tait S, Poulton P, Dunham S, McGrath S. Evidence of decreasing mineral density in wheat grain over the last 160 years. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19013359
2. Sofi F, Whittaker A, Gori A, Cesari F, Surrenti E, Abbate R, Gensini G, Benedettelli S, Casini A. Effect of Triticum turgidum subsp. turanicum wheat on irritable bowel syndrome: a double-blinded randomised dietary intervention trial. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24521561
3. Gianotti A, Danesi F, Verardo V, Serrazanetti D, Valli V, Russo A, Riciputi Y, Tossani N, Caboni M, Guerzoni M, Bordoni A. Role of cereal type and processing in whole grain in vivo protection from oxidative stress. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21196251
4. Sofi F, Whittaker A, Cesari F, Gori A, Fiorillo C, et al. Characterization of Khorasan wheat (Kamut®) and impact of replacement diet on cardiovascular risk factors: cross-over dietary intervention study. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23299714 
5. Whittaker A, Dinu M, Cesari F, Gori A, Fiorillo C, et al.. A khorasan wheat-based replacement diet improves risk profile of patients with type 2 diabetes mellitus (T2DM): a randomized crossover trial. http://goo.gl/DY2x5k
6. Marotti I, Bregola V, Aloisio I, Di Gioia D, Bosi S, Di Silvestro R, Quinn R, Dinelli G. Prebiotic effect of soluble fibres from modern and old durum-type wheat varieties on Lactobacillus and Bifidobacterium strains. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22298124
7. Simonato B, Pasini G, Giannattasio M andA. Curioni. Allergenic potential of Kamut® wheat. http://goo.gl/6vxPaI